Periódico Digital

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miércoles, 13 de abril de 2016

La escuela de Tonucci.


¡Buenas noches chicos y chicas!

Ya que quedan poquitas semanas para acabar el curso, quería hacer una entrada centrada en el gran conocido Tonucci y por eso he decidido compartir esta viñeta que ya todos trabajamos el cuatrimestre pasado.
Como bien sabéis, Tonucci tiene una idea de la escuela opuesta al modelo tradicional. Él es partidario de que se tengan en cuenta las competencias de los niños y de las niñas y de que no sean tratados como máquinas a las cuales hay que introducir contenidos. Yo, sin duda, comparto bastante esta opinión, por eso decidí hablaros de él. Considero que la escuela debe ser un lugar donde los niños y las niñas aprendan, se relacionen, se diviertan y, sobre todo, sean felices. Pero no todos piensan igual.
¿Qué opináis vosotros y vosotras?
Ánimo para estas últimas semanas y para los exámenes.
¡Hasta pronto!

2 comentarios:

  1. Estamos totalmente de acuerdo con la opinión de Francesco. Realmente la escuela es un sitio de aprendizaje, no de instrucción. El alumno debe desarrollar todas sus competencias y desplegar todas sus habilidades, no solo aprenderse un texto y saber escribirlo como ocurre hoy en día en las escuelas o incluso en nuestra facultad, valorando ante todo y sobre todo la nota del examen teórico. Esta viñeta resume de forma perfecta e irónica el sistema educativo actual, y realmente esto debe dejar paso a la nueva educación. Mucha suerte con los exámenes a vosotros también!!! :D

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  2. Lo primero, gracias por los ánimos, y en cuánto a la viñeta, desde Educ0nline creemos que esa visión tan mecanicista de la escuela es muy negativa, ya que no trata al ser humano en toda su complejidad, sino que lo reduce a un mero receptor, el cual recibe bien o recibe mal, y si recibe mal, no sirve....Bueno, nosotros creemos que esto simplifica demasiado al ser humano, un ser con muchas y diversas capacidades al cuál la escuela le debe ofertar la posibilidad de potenciar estas, y la escuela de la imagen desde luego no lo hace, sino que solo señala un camino.
    Un salúdo, y a seguir creciendo.

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